jueves, junio 26, 2008

Chau D.F.




Este espacio ya no tenía necesidad de ser renovado: obtuve un buen empleo en Cd. de México, así que dejé Guadalajara para volver a mis terruños. Pasaron así varios meses, en lo que extrañaba mi anterior vida. Así, este espacio de repente se volvió un baúl de los recuerdos.

Pero uno no sabe las sorpresas que la vida tiene reservada. Mi trabajo aunque esclavizante, me hacía muy feliz. Sin embargo, en ciertas tardes soleadas y sin contaminación miraba el cercano Ajusco y recordaba mis días en Guadalajara. La gente a mi alrededor supo algunas de mis anécdotas en tierras tapatías, y más de una persona me decía que en mi mirada se notaba un dejo de melancolía. Aun cuando nadie te quita lo bailado, la nostalgia puede ser terrible y aniquiladora.

Y llegó el día en que mis servicios ya no fueron requeridos. Simplemente no me renovaron mi contrato y listo...
Y llegó el día en que me llamaron para ofrecerme un empleo seguro...

Y llegó el día en que compré mi boleto para viajar de Cd. de México a Guadalajara...

Y llegó el día de retomar mi lugar...